miércoles, 28 de marzo de 2012

CRÓNICA DE LA VI MEDIA MARATON DE SEGOVIA

Ya sabéis que una avanzadilla del C.D. Lanchacabrera, hemos estado este fin de semana en Segovia, concentrados para preparar nuestro Cross de este sábado (ultimando los detalles de la logística) y a la vez, participando en la VI Media Maratón de esta ciudad centenaria por los cuatro costados. Nuestro cronista oficial, tiene el honor de haceros partícipes de lo acontecido en la prueba. Allá va.


EL C.D. LANCHACABRERA RECONQUISTA CASTILLA... y el gato se hizo famoso.
Estupendo fin de semana el que hemos pasado varios miembros de nuestro club, acompañados de nuestras familias, en la localidad castellano-leonesa de Segovia, famosa, entre otras cosas, por su milenario Acueducto, su Catedral, su estupendo cochinillo asado, y , sobro todo, por la hospitalidad y la simpatía de sus gentes. No puedo seguir escribiendo la crónica de esta aventura deportivo-cultural-grastronómica-cervecera, sin agradecer a nuestros amigos segovianos DOMINGO y SUSANA lo bien que se han portado con nosotros desde que llegamos a su tierra: han sido los perfectos anfitriones, todo simpatía y amabilidad; Gracias a ellos hemos cenado y comido sin “ hacer  cola “  en ningún restaurante, no tenían pereza para llevarnos y traernos donde hiciera falta, coche para arriba, coche para abajo, han sido unos formidables guías, tanto turísticos como de ocio. Hemos bebido a base de bien, hemos comido más y mejor, hemos reído, hemos cantado y hasta hemos participado en una carrera … En definitiva, Susana y Domingo, mil millones de gracias. Os debemos una.
Al igual que algunos lanchacabreros se acercaron a estas huestes el año pasado a participar en esta formidable carrera, este año han sido las familias Hernández Nieto, Núñez Hernández, Méndez Velázquez y Hernández Mateos, acompañados por los amigos de Madrid Rafa y Paqui, los que nos hemos animado a venir a disputar la VI Media Maratón Ciudad de Segovia.
El Sr. Presidente y su familia abrieron camino a primera hora de la tarde del viernes día 23 hacia tierras segovianas a fin de ir inspeccionando el terreno, el perfil de la carrera y aquellos otros lugares de interés que al día siguiente tendrían que mostrarnos a los demás. Por lo visto, la cena y la sobremesa fueron de órdago y nuestro querido presidente durmió muy bien acompañado, claro está con su querida esposa y, parece ser, que con alguien más.
La familia Méndez Velázquez partió hacia tierras castellanas en la mañana del sábado, desde Madrid, a donde se habían ido el viernes para hacer una visita familiar a los papis de la Sra. Reyes.
Y a las 8 de la mañana del sábado, los Núñez Hdez y los Hdez Mateos partieron hacia Segovia en el coche de línea habilitado al efecto.
A eso de las 11,40 de la mañana llegamos al primer punto de encuentro: LA GRANJA DE SAN ILDEFONSO. Pero, sorpresa, la familia del Presi no está. No puede ser. Imposible. Bueno, pues nos tomaremos una cervecita antes de que lleguen desde Segovia, y antes de entrar a ver el Palacio y los Jardines de La Granja. Como el precio de la cerveza y el café no nos convenció mucho ( 3,30 euros una caña ), decidimos irnos hacia la entrada. En eso que llegan los más retrasados, junto con Rafa y Paqui que venían de Madrid, y el anfitrión Domingo. Tras los saludos de rigor, entramos a hacer la visita cultural prevista. Después de realizar la visita a este emblemático lugar, nos fuimos a comer al Rte Canónigos. Y comimos perfectamente atendidos por  un camarero de excepción: Mortadelo.
Y sin tiempo que perder nos fuimos hacia Segovia a instalarnos en los apartamentos que teníamos reservados. Cuando la dueña de los apartamentos, recién levantada de siesta, con esos pelos que tenemos cuando nos pillan de sopetón,  vio a toda la tropa que llegaba pidiendo las llaves, se le erizó el pelo, se le hincharon los ojos y le cambió el color de la cara. Pensó,¿ dónde meto yo a tanta peña ?. Pasado el trámite, nos acoplamos cada familia en su garito e inmediatamente, con Domingo por delante, nos fuimos al pabellón Pedro Delgado a por los dorsales. Perfecto. Todos los dorsales de Lanchacabrera estaban juntos y preparados para su entrega. Buena bolsa del corredor con camiseta, puff, gorro, guantes, calcetines, isotónicos, maíz, remolacha de la tierra…Tras recoger la bolsa, unos nos fuimos de ruta turística por Segovia, y Pirchu, Domingo y algunos de los chavales, se quedaron en el pabellón a ver un partido de fútbol-sala en el que jugaba el Caja Segovia. Los demás, a seguir a nuestra particular guía, Susana. Visita obligada al Acueducto, sus calles adyacentes, la Calle Real, la Plaza Mayor, la Catedral, el Alcázar, la judería, Iglesia de S. Esteban…unas cañitas… Una maravilla de ciudad, y con la iluminación nocturna, aún más. Cuando los futboleros llegaron, nos fuimos conocer el turismo de barra y pincho. Una pasada la calle de los bares, al lado de la Plaza Mayor. Buenas cervezas con sus tapas. Y como los chavales tenían hambre, a cenar al Foster Hollywood, local ubicado en un antiguo teatro. Y, ¿ dónde nos pusieron ?. En el escenario. Lo que nos hacía falta. Ahí también se nos dio bien. Como los cuerpos empezaron a animarse, entre plato y plato y entre jarra y jarra, se entonaron diversos cantos regionales típicos de nuestra tierra y el gatito empezó a hacerse famoso. Como al amigo Domingo le cayó bien el gatito, hubo que ir a la cocina a entonárselo a la cocinera y no le defraudamos. Pero claro, aquello había que pararlo. Miramos el reloj. Joder, son las doce de la noche y ¡HAY QUE CAMBIAR LA HORA ¡ No hubo tiempo para más. Cogimos el tole tole y a los apartamentos. Sobre la una y media de la madrugada, volvió la tranquilidad. ¡ VAYA DÍA ¡
Y a las 8 de la mañana, toque de diana. Amaneció un precioso día de primavera, temperatura ideal para correr, ni frío ni calor. Con menos de seis horas de descanso y con el palizón del día anterior, nos disponíamos a correr una de las medias maratones con fama de más duras. Desayunamos, cogimos los coches con Domingo abriendo la expedición y hacia el Acueducto. El amigo segoviano no lo tenía muy claro y pensaba: “ Y estos tíos, con la paliza que tienen encima y con la cerveza y los chupitos que se han apretado, cómo van a correr 21 kilómetros …“ En fin, más de 4.000 almas estaban ya por allí preparadas para la carrera. Impresionante. Nos fuimos al guardarropas a dejar las bolsas, meada de turno, radio-salil, alcohol de romero a discreción y a… ¿ calentar ?. El Presi entra a evacuar y sale blanco. ¿ Qué habría allí ?. Pero si Susi no ha venido…


   Por cierto,preguntamos, ¿ dónde están las mujeres y los 
muchachos ?. Pues a saber. Sin poder sacarnos la foto de rigor, nos fuimos hacia el arco de salida donde dos soldados de un batallón de artillería, ataviados con el traje de la época, se disponían a dar la salida con un enorme cañón. De pronto, ¡PUM!, un petardazo impresionante y aquello se empieza a mover. Allí estábamos el Presi, Pirchu, Javi, Rafa y el que suscribe, inmersos en una desconocida carrera que no iba a defraudar a ninguno. El primer kilòmetro, casi andando. Miramos hacia atrás e íbamos casi los últimos, al lado de los de la Cruz Roja y compañía. Pirchu se aburrió y se marchó hacia delante y los demás nos quedamos más retrasados. Los kilómetros 2 y 3, picaban hacia arriba, después volvimos a bajar por el mismo sitio. Fuimos muy cómodos durante varios kilómetros hasta que en el 7, más o menos, tras entrar en un bonito parque y pasar por la Casa de la Moneda aquello empezó a cambiar y empezamos a hacer  una dura subida, larga y tendida de 3 kms. que nos llevó de nuevo al Acueducto, y a la Plaza Mayor. Pero había tal cantidad de gente animando a los corredores que te llevaban como en volandas. Un gentío impresionante alentándonos y aplaudiéndonos. En esta subida, Juanjo y Rafa se quedaron más atrás, Javi y yo un poquito más adelante y Pirchu en solitario llevando al club lo más alto posible. Al final de estas rampas, ( km 10 ) más o menos, mi pierna derecha empezó a flaquear un poquito, pero al pasar por el Acueducto y ver a la familia y a los amigos gritándonos y dándonos ánimos, nos dio como un subidón de adrenalina que nos hizo que las molestias, de momento, desaparecieran. Ascendimos por la calle Real a la Plaza Mayor donde un grupo de folk segoviano nos amenizó la subida, y al lado de la Catedral, unas monjitas salieron del convento a darnos ánimos con sus aplausos. Entretanto, los soldados de las brigadas paracaidistas y los artilleros iban también animando el cotarro con sus cánticos, a los que más adelante nos uniríamos algunos. Descendimos en dirección al Alcázar y tuvimos un kilómetro de relax, hasta que, de nuevo, nos encontramos otra buena subida de casi cuatro kilómetros por la parte más moderna de Segovia, hasta el Pabellón Pedro Delgado. Así, a un ritmo lento, por el miedo a fastidiarnos, pero disfrutando de la carrera como enanos, fueron transcurriendo los últimos kilómetros. Javi, iba muy bien, pero con temor a lesionarse y no me quiso dejar solo. Yo, con unas molestias en los cuádriceps y aductores que cuando apretábamos un poquito iban a más. Por detrás, Juanjo, con su ritmo habitual y Rafa, que había estado fastidiado toda la noche, fue pagando el esfuerzo y no pudieron proseguir juntos. En el 16 nos juntamos con unos paracas con los que fuimos cantando un par de kilómetros. Poco a poco, con alguna cuestecita más, llegábamos al final. Unos amigos que estaban de parranda nos ofrecieron jamón y un trago de vino.. De nuevo, entramos en el casco histórico, en el inicio del Acueducto. Una pasada. Como los dorsales iban personalizados la gente te animaba por tu nombre y eso te crecía aún más. En el 18-19, a Javi se le había pasado ya el miedo y decidimos apretar. Pero mis piernas dijeron que no podían, así es que buscamos el final a buen ritmo y disfrutando de esos últimos metros. Llegamos a la calle Fernández Ladreda donde estaba la recta de meta y la línea de llegada debajo del Acueducto. Increíble. Los chavales salen a buscarnos. Qué alegría entrar en meta agarrado de la mano de mi hijo Jesús, de Javi y de Irene. Antes había entrado Pirchu con Ana y después de nosotros dos, el Presi con Jorge y tras él, el amigo Rafa. Al terminar, bocadillos, dulces, refrescos, fruta, y una preciosa medalla con la catedral segoviana grabada en la misma. Cuando nos vimos, nos dimos un abrazo, nos felicitamos y nos sacamos la foto que antes no pudimos. Después, el reencuentro con la familia, más besos y abrazos, y a la reconfortante ducha. El tiempo que empleamos en hacer la carrera daba igual. Personalmente, creo que ha sido la carrera que más he tardado. Pero junto con la de Coria, por eso de ser la primera y que hice con el Presi, ha sido en la que más me he divertido. Me he reído, he cantado, he aplaudido, he visito la ciudad, no he parado de hablar en toda la santa carrera…En definitiva, HE DISFRUTADO CORRIENDO.
Resumiendo, preciosa carrera tanto por el recorrido como por la perfecta organización, el ánimo de las gentes con las calles llenas, el tiempo estupendo, etc. ¿ Dura ?. Pues sí, es dura. Pero no tanto como se nos había dicho. También es dura dependiendo de lo que cada uno se proponga. Particularmente, Salamanca se me hizo más dura, si bien supongo que sería por el ritmo llevado en una y en otra, pues allí acabé bastante mal y aquí mucho mejor. No es la carrera más apropiada para ir a hacer tiempo, pero tampoco es como Jarandilla. Hay buenas cuestas, pero son largas y tendidas, sin grandes desniveles. Pero claro, hay que saber dosificar, pues si no, te van minando. Además, como nosotros no tenemos miedo a las cuestas…( La Magdalena, Arroyo Platero, Cabezuelas… )
Pero con la carrera no acabó todo. Después, el tercer tiempo con unas buenas cañitas y estupendos pinchos, y a comernos el menú del corredor en el Rte. El Sitio, donde fuimos agasajados por el amigo Juan a base de Judiones de La Granja, Cochinillo asado y otras excelencias culinarias. Así pudimos reponer las fuerzas perdidas. Tras la comida, nos despedimos de nuestros anfitriones, Domingo y Susana , y a los coches. Aún nos esperaban más de tres horas de camino hasta llegar a casa. Alrededor de las 21,45h, estábamos aquí. Había llegado a su fin un inolvidable fin de semana.
Por último, una recomendación: si podéis algún año, venid a hacer esta Media Maratón; Nos os vais a arrepentir.
Bueno, como siempre, un orgullo representar a este club tan serio y hasta la próxima que, espero, no tarde mucho en llegar.

Saludos a todos y a preparar nuestro Cross.




Al igual que Juanjo, no tenemos más que agradecer la hospitalidad que nos han mostrado Susana Y Domingo, pues nos han hecho sentirnos como en casa, y gracias a ellos, hemos podido no sólo visitar la ciudad, si no hacerlo todo sin perder tiempo y conociendo a un montón de gente extraordinaria. Os esperamos en Jaraíz.

1 comentario:

  1. hay que tener una buena resistencia y mucha tenacidad para terminar una maraton asi. casas en venta

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