miércoles, 9 de noviembre de 2011

SUBIDA AL CASTILLO DE PORTEZUELO 2011

Una prueba más en la mochila de algunos de los lanchacabreros más activos del grupo; en este caso en la Subida al Castillo de Portezuelo, y por lo que leemos en la crónica que nos manda Juanjo, ha sido otro día más de buen rollo, de pasarlo bien, y también de sufrimiento.

Subida al Castillo de Portezuelo, ¿ dura ?... y un jamón.

Amaneció un día espléndido, algo fresquito, pero ideal para la práctica del atletismo y sobre todo cuando es en plena naturaleza.

A eso de las 9,45 de la mañana nos fuimos reuniendo en la jaraiceña Pza de Sta Ana los valientes que nos habíamos inscri

to en esta dura prueba del calendario extremeño de carreras por montaña: Juanjo ( Presi ), Gregorio, Germán, Susi, José Antonio ( “ máquina “ ), los nuevos miembros del Club Alfredo y César, así como el menda que está redactando la crónica. En Portezuelo nos esperaba, con puntualidad inglesa, el lanchacacereño, Timón.

Alrededor de las 11 de la mañana llegamos a Portezuelo y, claro, lo primero que ves cuando llegas por la carretera de Cañaveral, es la mole del castillo que se levanta a la derecha, así como los diversos caminos que van accediendo a él. Cuando ves el que posteriormente hay que subir, dan ganas de dar la vuelta y volver hacia nuestro pueblo y dedicar el domingo a menesteres más placenteros. Una vez aparcados los coches, nos dirigimos hacia la plaza del pueblo para recoger los dorsales y saludar a otros compañeros de otros clubes con los que solemos coincidir en estos eventos. ( Lo curioso es que una vez que acaba la carrera no ves a casi ninguno. Claro, nosotros buscamos desesperadamente un bar, una cerveza que nos levante el ánimo; en fin, lo nuestro es otra historia. ) Después de estos trámites, nos fuimos a la nave multiusos a cambiarnos; Dudas sobre si ponernos más o menos abrigados pues algo de fresco sí que hacía. Parece mentira lo que algunos llevamos en la bolsa: la toalla, la muda, las medias que ahora se están poniendo de moda, otras zapatillas, las chanclas, el champú. la vaselina, el alcohol de romero, radio salil, el dóping, un plátano, el pulsómetro, otro reloj por si las moscas, y claro, la equipación. Ahora, sácalo de la bolsa y ponte con el ritual. Luego dicen algunos que me pongo nervioso diciendo que no llegamos a la hora y tal y tal. Pero es que organizar todo esa parafernalia lleva su tiempo. Lógicamente, los más veteranos se parten el culo cuando me ven con todo el equipo por allí repartido...

Después, de nuevo a la plaza a ver salir a los pequeños. El heredero del Presi, Jorge se atrevió de nuevo con la subida al castillo en la categoría infantil, y lo hizo estupendamente. Al acabar los enanos, control de firmas como los ciclistas, a calentar un ratito y todos a la salida pensando en las que se nos venía encima, sobre todo dándole vueltas a todo lo que nos habían contado los que ya la habían hecho otras veces; que si tal cortafuegos, que si la cuesta de tal kilómetro, la bajadita posterior, la última subida...

A las 12 en punto, a la misma hora que el árbitro señalaba el inicio del partido del Bernabéu, sonó la chinflota y empezamos a correr; Con un ritmo no demasiado fuerte por lo que pudiera pasar,hicimos el primer kilómetro más o menos agrupados; pero amigos, a partir del km 1,5, aquello empezó a estirarse para llegar a la primeras rampas fuertes en el kilómetro 2 y ya no parar de subir hasta el cuatro y medio más o menos donde estaba el primer avituallamiento. Unos corríamos, otros andaban en algunos tramos. Algunos reservamos algo pensando en el famoso cortafuegos que nos habíais comentado del kilómetro cuatro, el cual no apareció y si lo hizo, la verdad es que no fue para tanto; Aquí subimos cuestas tan fuertes o más que esas, eso sí a un ritmo de entrenamiento más lento. El caso es que, llegamos al km 4,5, bebimos malamente de los vasos de agua y ya desde ahí a hasta la subida al castillo todo fue bajar y llanear por unos parajes increíbles, preciosos, con unas vistas al valle alucinantes, incrementando el ritmo de carrera, pero con la cabeza puesta en lo que quedaba al final. A estas alturas, Susi andaba en solitario por delante, Alfredo, Ramón y yo íbamos en otro grupito posterior con más colegas; Por detrás andaba Germán con amigos de Cáceres, César, José Antonio. Gregorio y el Presi algo más rezagadillos.En nuestro grupo dimos con un amiguete de Montehermoso, buen conocedor del terreno que nos fue aconsejando, y la verdad, no iba desencaminado en sus consejos. El chaval andaba con algo de gases y nos dio un buen recital de tamboril, menos mal que tuvo delicadeza y se quedó detrás al expeler las ventosidades. Más o menos manteniendo las distancias, nos íbamos acercando a la llegada final. Cuando Susi ya estaba tomándose el refresco y la chocolatina, los demás empezamos a subir. La primera rampa fue la releche; ahí hubo que apretar los machos a base de bien; el que podía corría, el que no, andaba o gateaba. Tras un ligero descansillo y cruzar la carretera llegó para mí, quizás lo más duro que he corrido hasta hora junto con la famosa Cuesta de los Pereñiles de Arenas de San Pedro y nuestra querida cuesta de Torremenga a Pasarón, o la de la presa; ¡ Vaya cuesta y con doce kilómetros y medio en las sufridas piernas !. Decidí apretar los machos y no parar, agaché la cabeza y como un zombi, sin mirar para arriba, fui llegando a la alfombra verde de la meta, exhausto, falto de aire y con las piernas como postes, pero feliz y contento por haber finalizado mi primera subida a este famoso castillo y poder dar un reconfortante besito a mi querida esposa que me estaba esperando al lado del arco de llegada, y con la idea de volver a correrla de nuevo el próximo año si la salud nos acompaña. Cuando la iba subiendo me iba acordando de un comentario que hizo un famoso ciclista en una ocasión: “ No hay cuestas duras, sino ciclistas cobardes... “. Para echarse a llorar. Con un incesante goteo fueron llegando los demás compañeros y con el mismo comentario de todos ¡ Vaya puta cuesta !.

Resumiendo, preciosa carrera y creo que, en general, no tan dura como nos lo habían pintado. Hay tramos muy duros, pero también es verdad que más de la mitad de la carrera es llaneando y cuesta abajo. Eso sí a un buen ritmo, lo que hace que se endurezca aún más.

Y después, algunos a ducharnos con agua fría, otros mientras tanto a empezar a refrescar el gargüero con las cerevezas y los pinchos. Con la noticia de la goleada del R. Madrid al Osasuna ( 7-1) nos fuimos a la plaza para ver la entrega de premios tomándonos unas birritas y esperar al sorteo del que salimos bastante bien parados: petaca para correr, camiseta técnica, magdalenas, taco de jamón, una braguita para el cuello y.. UNA PALETILLA para el debutante César. Tras estos actos protocolarios, nos fuimos al parque del pueblo a hacer un buen pic-nic donde no faltó de nada: cervezas, vino de pitarra, tortilla, filetes, pimentos, tomates de Aldeanueva, café, dulces ,y sobre todo, un ambiente de amistad y compañerimo acojonante. Ahora bien, las copas fueron en Jaraíz y, como los precedentes estaban muy cerca, fueron invitadas por los nuevos lanchacabreros Alfredo y César.

Y ya a pensar en la próxima barbaridad: Jarandilla. Como con una taza no hemos tenido bastante, dentro de unos días nos vamos a tomar otra, pero ésta de 8 kilómetros más. Pero, ¿ quién me mandaría a mí juntarme con vosotros...? Además, ¡ ojo al dato !, me han dicho que correr este tipo de carreras, envejece mucho, que es mejor hacer velocidad, y no muy deprisa. Ya decía yo que las canas de algunos, el poco pelo de otros, tenía algo que ver con todo esto. Como yo he empezado hace poco, aún no se me nota.

Por último, felicitar a la estupenda organización de esta carrera. Perfectos en los distintos cruces de caminos para evitar equívocos como los del año pasado, muchos voluntarios, la Cruz Roja que tuvo que atender a más de un corredor, las carreras de los pequeños una maravilla, si bien da algo de pena ver la poca participación de niños y niñas a medida que van creciendo, de cadetes hacia arriba. Eso tenemos que mejorarlo entre todos. Por poner alguna pega, pese a que ya lo sabíamos, el tema de las duchas y como anécdota decir que la distancia final recorrida no ha sido de 14300 mts como se anunció, sino de 13100 aproximadamente, lo cual, también es de de agradecer.

Bueno, que os aburro. Como siempre, un lujo y un placer pertenecer al club más serio del circuito de carreras de Extremadura: el C.D. Lanchacabrera, que como dicen algunos, “ vosotros vais a otro rollo “. Pues así seguiremos, pues el día que no lo hagamos, seguramente, nos dedicaremos a otra cosa.

¡ Ah !., que luego se me enfada. Muchas gracias a mi Pilar por acompañarme a estos eventos, por los madrugones que te tiene que pegar los domingos para venir con su esposo, por los ánimos que me das, por ser tan pesada diciéndome que coma más, que pronto no se me va a ver, por llevar el coche cuando me tomo alguna cerveza, por hacernos tantas fotos... Por todo y por mucho más, mil gracias. También un besito para las sufridas mujeres de los otros compañeros que también vienen con todos nosotros. Sin ellas, esto no sería lo mismo.

Saludos a todos y nos vemos por esos caminos y carreteras.


¡¡¡ Que sí, hombre, que sí !!!, que todos le damos muchos besitos a tu Pilar. En fin, la verdad es que si no fuera por ellas, no tendríamos lo que tenemos ¿verdad?, y encima sin fotos.

Un lujo de crónica, hemos sufrido a la vez que vosotros con la última subida (la de la alfombra), lo que no nos ha llegado tan bien, ha sido la paletilla y las cervezas, en fin, otra vez será.

Como siempre, enhorabuena a todos por haber terminado otra prueba tan dura y una mención especial a Mon, por el traje tan bonito que lleva en esta ocasión.

Las fotos abajo en un gadget.

No hay comentarios:

Publicar un comentario