miércoles, 30 de noviembre de 2011

CRÓNICA DE LA MEDIA MARATÓN DE JARANDILLA 2011

¡ Buenagana ¡

Buenagana de correr una carrera tan dura estando jodido y ahora tener que estar parado tres o cuatro semanas. Buenagana de hacer más caso al corazón que a la cabeza. Buenagana por hacer caso omiso a lo que te dice tu familia y tus amigos. Buenagana de estar todo el santo día dándote ungüentos de alcohol de romero y radio-salil “ pa na “ y yendo por todas las esquinas y poyatos estirando como un modorro. Por todo eso y mucho más: ¡ BUENAGANA !

Pues sí amigos, eso es todo lo que siento después de haber hecho una carrera en la que no debería de haber tomado la salida por los problemas musculares que llevaba arrastrando durante algunos días. De verdad, no hagáis lo que yo he hecho. Las ganas de correr esta carrera me han podido y me han fastidiado de lo lindo. Ahora. Mientras vosotros estaréis corriendo martes, jueves o sábados, yo tendré que estar en casa pensando que yo también debería de estar ahí y no encerrado en casita viendo la tele, leyendo o haciendo cualquier otro menester doméstico. Aunque sé que no hace falta que os lo vuelva a repetir ¡ NO HAGÁIS LO QUE YO HE HECHO !

En fin, vamos a dejarnos de lamentos y vamos al lío.

Con la resaca futbolera del sábado por la noche tras la goleada del glorioso Real Madrid al Atco. De Madrid y la memorable victoria getafense ante los culés del Sr. Pep, nos recibió un luminoso domingo de esos que te invitan a ponerte las zapatillas o coger la bici y salir disparado de casa con los amigos a pegarte una buena paliza de kilómetros. Como de costumbre, quedada en Sta. Ana, foto de rigor en la fuente y partimos hacia Jarandilla. El Presi, en su salsa. Saludos por aquí, saludos por allá… ¿ Una cerveza ?. ¡ No, joder, que es muy temprano ! Yo, nervioso pues pensé que no nos iba a dar tiempo … Después de todos los trámites reglamentarios que hoy no voy a volver a describir, nos sacamos la foto oficial. Pero, ¡ Hay que repetir, falta Susi ! De pronto apareció por lo alto del graderío. Todos supimos de dónde venía… Su cara de felicidad le delató. De nuevo foto y al arco de salida. Como algunos lanchacabreros ( Susi, Juanjo, Timón, M.Ángel, Pirchu, Alfredo, Germán, Óscar ) tenían ganas de guerra se colocaron en primera fila, a “ porta gayola “ dispuestos a pulverizar todos los registros. Otros ( José Antonio, César, Juanjo Presi, Gregorio y yo ) nos colocamos más retrasaditos, como decíamos antes en la escuela, en el pelotón de los torpes ( sin ánimo de ofender ). Cohete al aire y a sufrir. Los primeros kilómetros por Jarandilla, pese a alguna subida durilla, llevaderos por eso de ser al principio y tener fuerzas. Los del pelotón de los “ listos “ a toda máquina, a menos de cuatro minutos el kilòmetro. Algunos vieron las orejas al lobo y decidieron, sabiamente, aflojar un poquito.Los demás, tranquilitos y al trantrán por lo que nos pudiera pasar. La carrera empezó a estirarse rápidamente y a los de adelante ya no les volví a ver por lo que no sé cómo corrieron. Sí sé que fueron a toda leche por la marca final que señaló el cronómetro. Por atrás, yo me quedé con, César, Gregorio y Juanjo. Antes de empezar Cerro Pino, también nos dividimos. Tras el avituallamiento, empezó lo duro, duro. Una cosa es hacerlo entrenando y otra en carrera. Aquí nos juntamos con José Antonio y tiramos hacia arriba. Pero amigos, a mitad de la subida empezó mi calvario. El gemelo derecho empezó a mosquearse y a decirme que cuidadito con lo que hacía. Le hice caso, subí muy despacio pero cada vez me iba doliendo más. Al llegar arriba no sabía si retirarme o seguir. Se lo comenté a César y me dijo que pensara en cosas positivas, en la familia, etc, pero mi cabeza no estaba para positivismos. Bajamos a la carretera, vi a Javi y me preguntó qué tal iba. Le dije que mal, pero decidí atacar lo que venía a continuación: la rampa de piedra y la de cemento. Como parecía que en las subida me molestaba algo menos subí más o menos bien. Al bajar a la carretera, en el asfalto dolía más pero había que aguantar. Con los ánimos de César iba tirando hacia delante. Tiramos juntos hasta empezar la subida al Guijo. Aquí me encontré con fuerzas y tiré con todo hacia arriba pese a dejar a mi compañero de ruta unos metros más atrás. Me seguí viendo bien de fuerzas y pese a los dolores musculares generales, pues de apoyar mal se me estaba cargando toda la pierna izquierda, llegué al Guijo y decidí tirarme para abajo con todas las ganas del mundo, a tumba abierta. O llegaba o reventaba. Sabía que era una locura pero lo hice. Llegué a meta cojeando y con unos dolores de gemelos impresionantes. El ver a mi mujer me alivió el dolor ( pero fue el mental, pues el físico no tenía remedio ).Las simpáticas fisios me aliviaron algo y el par de cañas de después un poco más. De ahí para casa a una celebración familiar y …¡ ZAS ¡, ahora me entra cagalera. Pues vaya domingo que voy a tirar. Una manzanilla me tomé en casa en toda la santa tarde.

Bueno, que me desvío del tema. Las máquinas lanchacabreranas habían llegado a meta hacía ya un buen rato y el resto de compañeros siguieron llegando. ¡ Enhorabuena al debutante Alfredo por el carrerón que hizo. También felicidades a César por haberla terminado bien, como era su ilusión, y mi agradecimiento por sus palabras de ánimo. Creo que Óscar ya ha hecho alguna más; aún así, enhorabuena también. En el gimnasio nos saludamos y nos contamos las anécdotas de la carrera. Después, los valientes a ducharse con agua fría y otros a darnos un buen masajito. Tras acicalarnos y ponernos guapos, empezó el tercer tiempo y la parte seria de este club. Unas cervecitas y a comer unos macarrones y algo de fruta. A continuación el café, las copas. El resto,os lo podéis imaginar. Fue el Presi a buscarme a casa y me bajé un rato con ellos. La primera imagen que vi fue a Susi, Germán y Juanjo echándose un cigarrito en la puerta del bar. Como si ves a los míticos del pueblo cualquier noche en la puerta del Calisay. Dentro, Óscar, Pirchu y el Sr. Médico del club que no se quedaban atrás. Otra y otra y…Algunos llegaron a casa a la hora nona, pero esta vez no fueron pidiendo la guitarra; se fueron directamente a la cama. Como es costumbre, el nuevo, Óscar, pagó la rondita correspondiente. ¡ Vaya fichaje el colega !. ¡ Javi, éste puede contigo ! Sr. Presidente, esto no se puede consentir. ¡ Vaya seriedad !.Por cierto, muchas gracias por las dedicatorias de la camiseta. La voy a enmarcar.

Pues eso, otra más que cayó, y ésta, de las duras. La próxima, para algunos Navalmoral, para otros cualquier otra carrera que se tercie. Para mí, a mirar por la ventana para ver el tiempo que hace.

En otro orden de cosas, felicidades a la organización. Lo de los chips, un punto. También, un auténtico éxito de participación. ¡ Vaya envidia sana del pueblo vecino ! Nosotros, a lo mejor, haremos un estupendo campeonato de pádel.

En fin, que se va haciendo tarde y tengo que hacer unos contrastes de frío-calor y darme los ungüentos.

Saludos a todos y nos vemos por esos caminos y carreteras.

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