jueves, 21 de octubre de 2010

OTRA VISIÓN DE SEVILLA

Nuestro Club, poco a poco, va ganando adeptos; no sólo en lo que al espíritu deportivo se refiere, sino también al espíritu humano que estamos formando entre todos los miembros del Club Deportivo Lanchacabrera.

Y como para muestra vale un botón, pues aquí va el comentario que nos ha mandado Juan José Hernández Pérez, referente a la experiencia que tanto él como su familia, ha vivido con nosotros una vez más (pues también nos acompañaron a Lisboa) en una de las pruebas que salimos a disputar fuera de Jaraíz.

" Una noche me llama por teléfono mi amigo Juanjo Hernández, el Presi, y me dice: " Oye tocayo, que al final hemos decicido ir a correr a Sevilla y como sabía que a ti y a tu familia también os apetecía ir, te he inscrito para la carrera nocturna del Guadalquivir, que " sólo " es de 10 kms ( luego fueron 12 y pico )y creo que puedes hacerla pues es llanita, el ritmo es bajo, y tal y tal....

Me comenta que también tienen visto un hotel y le digo que cuente con nosotros. Bueno, pues pensé: tendré que ir al campo de fútbol algún día a echar unas carreritas pues esto de correr esa cantidad de kilómetros para mí iba a suponer una novedad y una hazaña en caso de terminar la carrera.

Pues mira por donde, jugando al fútbol-sala, mi maltrecha rodilla vuelve a fastidiarse y mi planificación para preparar el evento se va al traste. Pensé, bueno no podré correr pero sí beber cervezas, animaré a los amigos como en otras ocasiones y ya está. Aún así el otro amigo Juanjo me dejó unas zapatillas cojonudas para correr y me las llevé a Sevilla por si las moscas y Susi me prestó su camiseta de Lanchacabrera para ir uniformado como Dios manda ( se la devolví bien lavadita ).

Y llegamos a Sevilla, me entró el gusanillo, me puse las zapatillas y la camiseta y decidí intentar correr. Llegamos a la salida y dije a Juanjo y a Pirchu: " Habrá que calentar ". Y me dicen, " pues anda que no tenemos tiempo de calentar en 12 kms ". Yo decidí estirar un poquito, echar una meadita, comerme un plátano. Nos despedimos de la familia y nos dirijimos a los toriles. ¡ Madre mía !, más de 20000 almas,de todas las edades,flacos, gordos, atléticos... y nosotros. Ya no había vuelta atrás. Dieron las 10 y a ....correr.

Los primeros kilómetros, más o menos bien; pero amigos, a partir del 6º, las piernas me empezaron a doler y empecé a ir chungo.Menos mal que se quedó conmigo mi inseparable Hernández ( a Pirchu y a su primo Javi les mandé hacia adelante para que no se aburrieran ) y me iba dando conversación y ánimos y así fueron pasando los kilómetros.Gracias amigo Juanjo.

Eso sí, me dio tiempo a ver Sevilla de noche y alguna que otra mocita de buen ver que nos iba adelantando. Y llegamos al estadio. Alucinante, esa entrada por el túnel a la pista no se me olvidará nunca. Había conseguido terminar la carrera en lugar emblemático, con mi mujer y mis hijos junto con los demás amigos en la grada, aplaudiéndonos y tirándonos besos. Tardé 1h y 14 minutos, lleno de dolor en la piernas, pero había merecido realmente la pena. Seguramente, lo volveré a repetir.

Por lo pronto, ya me he comprado unas zapatillas para correr y creo que el gusanillo me ha llegado muy adentro.Desde aquí gracias a mis amigos Lanchacabreros por haberme animado y acogido en su grupo e intentaré poco a poco, y si la rodilla y las lesiones ( y la mujer ) me dejan,continuar con esta nueva afición. ¡Ah !, por cierto, el resto de días en Sevilla,estupendos pese a la lluvia."

Saludos a todos.

De esto se trataba cuando fundamos el Club, de intentar crear no sólo un grupo de achacosos deportistas, si no de formar una especie de familia entre todos y todas, y a fe que lo estamos consiguiendo.

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