CRÓNICA DE LA VIII CARRERA POPULAR DE ARENAS DE SAN PEDRO

Otra carrera más, y ya van ..., creo que infinitas. En fin, allá va la crónica del fin de semana "arenero".

Papá, ¿ Por qué os habéis ido a correr a Arenas de San Pedro?

Mira hijo, como tú ya eres mayorcito y sabes leer y comprender estupendamente, cuando termines de leer esta crónica lo entenderás.

Cuando hace aproximadamente mes y medio, creo recordar que el amigo Santos, lanzó el órdago de ir a correr la carrera de Arenas de San Pedro, no se podía imaginar que 9 miembros del C.D. Lanchacabrera ( aunque al final corrimos 8 ) iban a aceptar el reto de trasladarse, no sólo ellos, sino toda su prole ( fuimos 28 personas ), a la vecina localidad abuelense, famosa, entre otras cosas, por sus yemas y por fabulosas Grutas del Águila, para participar en la VIII Edición de su carrera de verano. Y como en esto de irnos a pasar un fin de semana ( con la excusa de correr ) vamos cogiendo experiencia, se gestionó el hotel, el restaurante para la cena del sábado, así como el de la comida del domingo. Y todo salió perfecto. Imaginaos cómo se les ponían los ojos a los de los bares cuando nos veían entrar a todos a la vez a tomar algo. Es normal que este verano nos estén echando de menos en algunos sitios…Pero esa es otra historia.

Pues llegado el día 9 de julio y como la experiencia es un grado, el Sr. Presidente del Club, envió, a primeras horas de la mañana, una avanzadilla lanchacabrerense hacia tierras castellano-leonesas, compuesta por la familia Méndez, la familia Santos, familia Labrador , familia Nevado, familia Timón y los señores de Gil Sobrino, cuya principal misión era inspeccionar el lugar, alojamiento, recogida de dorsales y dar el visto bueno definitivo al emplazamiento elegido. Como no hubo informe negativo, después de comer, salieron de Jaraíz la familia del Presidente, Sres. De Hernández Nieto, acompañados por su escolta, la familia Hernández Mateos. Tras la oportuna parada para tomar un café en Madrigal, se llegó a Arenas de San Pedro, donde, una vez localizado el lugar de concentración, uséase, el H. Arenal, se procedió a llamar al orden al resto de compañeros que estaban “ descansando “ es sus respectivas habitaciones o viendo el Tour de Francia o Cine de Barrio. Tras los saludos de rigor ( hacía mucho que no nos veíamos ), se repartieron los dorsales, preparamos las estupendas bolsas de deporte y nos dirigimos hacia el Castillo de Arenas, que era donde estaba el punto de encuentro de todos los participantes en el evento. Antes del inicio de la gran batalla, se celebraron las carreras de las categorías inferiores, donde nuestros pequeños legionarios lo hicieron de maravilla y donde la familia Gil continuó aumentando su palmarés con un fenomenal segundo puesto de su vástago Sergio en juveniles. Y a las 19,30 h., Juanjo el Presi, Pirchu, Juanjo Santos, Timón, Ramón, Miguel Ángel, Susi y el que suscribe, el otro Juanjo, tomamos la salida, junto con otros 350 colegas, para dedicarnos a sufrir durante un buen rato.

Discurrió la carrera, en sus primeros metros, por la propia ciudad de Arenas, encaminándonos inmediatamente hacia las afueras por la carretera de Guisando; Rodeamos el pantano de la localidad, donde a más de uno nos dieron ganas de tirarnos al agua, y donde vimos a unos entretenidos pescadores que se estaban liando un trabuco de cuidado que sería para ver más grandes a los peces . Después de abandonar el pantano, prácticamente en fila india por lo estrecho del camino, volvimos a entrar en Arenas, cruzamos un bonito puente y nos dirigimos al kilómetro 4,500 en el que comenzaba lo duro de verdad. Y cuando digo duro, es porque fue duro, duro, duro. Entramos en un pinar y empezamos a subir una enorme cuesta, la llamada Cuesta de Los Pereñiles, que aquello no era una cuesta, eran unas pocas unidas en una sola; aquella cosa no tenía fin. Cuando parecía que se acababa, un repecho más. Y así durante, aproximadamente, un kilómetro y medio. Unos “ corrían “, otros andaban, algunos gateaban... El famoso “ cubo “ de Coria, se quedó en “ cubilete “ al lado de esta cuesta. Menos mal que ese tramo, y una gran parte del recorrido, era entre árboles por lo que había mucha sombra y el calor no era tan asfixiante. Por fin terminó y empezó una pronunciada bajada, que aunque parezca mentira, también se hizo dura por la fuerte pendiente que tenía. Había que ir sujetando bien los machos. Llaneamos otro poquito y antes de entrar en el último kilómetro, de nuevo, otra cuestecita, nos volvió a poner firmes. El último kilómetro, a tope por las calles del pueblo, con un montón de gente viendo la carrera en las calles, hasta que alcanzamos la Plaza del Castillo, donde estaba la esperada meta, tras recorrer 9.300 mts. Allí nos esperaban nuestras mujeres, hijos, que nos aplaudían y animaban a rabiar. Los que iban llegando, animaban a los que andaban más regazados, hasta que todos juntos nos volvimos a reencontrar. Al llegar, de todo: cervezas, refrescos, isotónicos, sandía, la bolsa del corredor… El ambiente, fenomenal, la organización por parte del Grupo Gredos de Atletismo, de maravilla, el tiempo cojonudo. En el sorteo, un lanchacabrero se llevó una paletilla y otro unos tarros de miel y polen.

Enseguida nos fuimos a buscar a nuestro amigo arenense Fran . ¡ Vaya anfitrión ¡ Desde aquí nuestro más sincero agradecimiento por su simpatía, su acogida y por su ayuda ( a un par de lanchacabreros les sacó de un buen apuro ). Como nuestro Presi está en todo, se lo agradeció con nuestro producto más internacional: unas latitas de pimentón. Pero la cosa no quedó ahí, porque al momento nos obsequió él a nosotros con una paletilla que tardamos bien poco en degustar. FRAN, desde aquí, gracias por todo. Ya sabes que te tienes las puertas de nuestro Club y de Jaraíz abiertas para lo que puedas necesitar. ( Este verano, por desgracia, no podrás venir a correr pues nos han dejado sin carrera popular, pero te emplazamos para las venideras , San Silvestre, Cross de La Ermita de la Virgen… )

Y después, a la ducha y a cenar al Restaurante El Lobo Cojo que previamente habíamos concertado. Unas buenas cervezas, unas exquisitas raciones, la paletilla, copas, cánticos regionales, los chistes de Ramón y de Susi, … para terminar nuevamente, en la Plaza del Castillo, pero, esta vez, no con la bolsa de deporte, sino con el bolso nevera para hacer un buen botellón. Y como algunos no tuvieron bastante, hicieron el fin de fiesta en la mesa-camilla de la habitación de la familia Hdez Mateos donde, alrededor de las 3 de la mañana, dieron por finalizada la velada. Y al día siguiente, hicimos las maletas, desayunamos en un bar cercano al hotel y después nos fuimos de turismo. Unos visitaron la Gruta del Águila y otros el bar de al lado. Después emprendimos viaje hacia tierras veratas. En la garganta de Alardos, en Madrigal, nos dimos un chapuzón, nos comimos una buena paella en el Cámping La Mata y terminamos la ruta y el estupendo fin de semana en nuestro querido Lago Alonso Vega.

¿Qué más decir? Pues, sobre todo, destacar el buen rollo, el excelente ambiente y los buenos ratos que hemos pasado, las risas que nos hemos echado, la camaradería existente, etc. El ver que esto no es sólo un club de atletismo para echar unas carreras o entrenar; cualquiera puede comprobar que es algo más, es amistad, es compañerismo, es conocer gente de otros sitios, gente maravillosa que no duda en ayudarte si lo necesitas, que te tratan como si te conocieran de toda la vida. En definitiva, otra experiencia más para repetir. Primero fue Lisboa, luego Sevilla, ahora Arenas. Por favor, la próxima que sea pronto.

“ Por todo esto, hijo, y por todo lo que te expliqué el otro día, nos fuimos a correr a Arenas de San Pedro ”.

¡¡ Genial !!, la envidia nos corroe, pero nos alegramos de que la gente de nuestro club no sólo disfrute de días como éste, si no que encima, llevan el nombre de nuestro club y de nuestro pueblo por todos los sitios por los que vamos; y nos hace sentirnos orgullosos de lo que somos y de lo que representamos.

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