lunes, 7 de marzo de 2022

CRÓNICA MEDIO MARATÓN DE MÉRIDA

Solamente hay una palabra para describir lo que vivimos el pasado sábado por la noche en la Capital de Extremadura, el amigo Miguel Ángel " Labra " y el que suscribe, Juanjo " JesPil ", cuando estábamos tomando parte del XVI Medio Maratón Mérida Patrimonio de la Humanidad: ESPECTACULAR. Fue una auténtica pasada, aunque, eso sí, también tuvo su parte menos agradable.

" No estaba el chichi p'a farolillos "

A una semana de la celebración de la prueba, yo no tenía ni siquiera dorsal. Estaba en una lista de espera de no sé cuántas personas por lo que se me antojaba imposible el poder participar. Miguel Ángel estaba inscrito desde el mismo día que se abrieron las inscripciones, las cuales duraron apenas veinticuatro horas. Y lo que son las cosas; estando el lunes de carnaval por las calles jaraiceñas con el disfraz colocado y cerveza en mano, recibo un mensaje del amigo Labra preguntándome si seguía interesado en ir a Mérida, pues su hermana Toñi no iba a poder correr y podíamos intentar poner el dorsal a mi nombre. Aunque ese día andaba ya con la espalda chunga, le llamé y le dije que sí. Me pasó el teléfono de Toñi, y hablé con ella; me dijo que le enviara todos mis datos junto con una foto del DNI, pues se iba a poner en contacto con la organización para ver si se podía hacer. Un par de días después, el dorsal estaba confirmado. Si la espalda medio me lo permitía, allí estaría con el amigo Labra, y muy agradecido a Toñi por las gestiones realizadas y regalarme su dorsal.

Llegó el sábado. Miguel Ángel se fue con la familia por la mañana y yo me fui con

mi esposa después de comer. Sobre las cinco y media aparqué el coche al lado del Polideportivo Guadiana, donde me cambié. Allí me encontré a varios Fondistas Moralos,( Godino, Juan Carlos Barquilla ) y charlamos un ratillo. Una vez acicalado, paseíto hasta el Paseo de Roma, lugar de salida, donde había quedado con Miguel Ángel a las seis de la tarde. A esa hora, ya empezaba a haber mucho movimiento por allí y se mascaba un fenomenal ambiente. Le pregunté a Labra que qué tal estaba. Me comentó que no había apenas entrenado y que no sabía cómo iba a responder su rodilla después de tanto tiempo sin correr.

Llevamos la bolsa a la tienda de campaña militar que hace las funciones de ropero, donde me encontré a mi compañero de trabajo Enrique y a varios amigos del CD. Navalmaratón, encabezados por el gran Javier Rodríguez

Tras un ratillo de saludeo y conversación, nos dispusimos a hacer el calentamiento por un estupendo parque a orillas del Río Guadiana. Cuando faltaban unos minutos para las siete de la tarde la simpática spíker nos llama para que nos vayamos acercando a la línea de salida, que estaba dispuesta en cajones dependiendo de lo que cada cual había puesto en el momento de la inscripción, pero que, a la hora de la verdad, poco se respetó.

Así, pasados unos minutos de las 19 horas de la tarde, con una excelente temperatura para correr y con un impresionante gentío , se dio el pistoletazo de salida al XVI Medio Maratón " Mérida Patrimonio de la Humanidad ", que por segunda vez, se iba a celebrar en horario nocturno. 

Empezamos a un buen ritmo, más bien alto, por el Paseo de Roma, en dirección a la Avda José Fernández López, hasta llegar a la rotonda del Ferial. Aquí giramos y volvimos sobre nuestros pasos hasta la rotonda del Puente Lusitania para pasar de nuevo por la zona de salida con la estatua de la Loba Capitolina como testigo de excepción, y enfilar, de forma vertiginosa y rodeados de una animosa multitud el Puente Romano con sus 790 metros y 60 arcos. Los dos seguíamos de conversación,con una marcheta similar, hablando de muchas cosas, pues hacía mucho que no nos veíamos; pasamos por la Plaza de Toros, la Casa del Mitreo, hasta entrar ,ya con la noche en nuestros rostros, a un iluminado Circo Romano, en el que cabían  30.000 espectadores en su época de máximo esplendor.

Pasado el km 8, llegó la primera dificultad , por llamarla de alguna manera, como es la subida a la Basílica de Santa Eulalia, patrona de la ciudad. Íbamos muy bien, oyendo los comentarios de otros corredores que nos decían que cómo se notaba que por La Vera hay muchas cuestas y que las teníamos bien entrenadas. 

Nos íbamos acercando al ecuador de la carrera, y en el km, 10, tuvimos el privilegio de correr bajo una de las arcadas del Acueducto de los Milagros, donde los ánimos de nuestras familias que allí estaban, junto a cientos de personas, nos pegaron un buen chute de adrenalina para encarar los últimos once kilómetros, quizás, los más duros.

Nos tomamos el oportuno gel y buscamos de nuevo el Río Guadiana. Y aquí, en la bajada el km 13, empezó el calvario del amigo Miguel Ángel. Su maltrecha rodilla derecha empezó a fallar y a doler. Cruzamos el Puente Lusitania, y nos dispusimos a subir la famosa " cuesta de la tele ". Los dolores de la rodilla iban y venían, y, aún así el ritmo seguía siendo importante. Por mi parte, bien de fondo y piernas, pero con las lumbares tocadas después de una larga semana con muchas molestias; pero, sin mayor importancia al lado de lo que llevaba el compañero. Yo le intentaba animar y él me decía que tirara hacia adelante. Decidí quedarme con eĺ pues a mí el tiempo me daba lo mismo y cuando uno va mal, cualquier ayuda, aunque sea anímica, viene bien. A casi todos nos ha pasado.

De nuevo íbamos a llegar a otro de los momentos emocionantes de la carrera, como es volver a cruzar el Puente Romano en el km 16 . Le dije que había que poner buena cara pues lo que allí nos estaba esperando no se explica con palabras; era indescriptible, se ponían los vellos de punta  escuchando los ánimos y aplausos de la multitud que allí había. Subimos la cuesta de La Alcazaba y aquí Miguel ya lo iba pasando realmente mal, pero aguantaba el tipo sabiendo que sólo quedaban cuatro kilómetros para terminar. Pero, también sabíamos que quedaba lo peor, " el Angliru " del km,18, en la Avda de Lusitania, que parece que no se acaba nunca y donde ahí le vi sufrir de verdad e intenté tirar de él con todas mis fuerzas pues sabía que, pasando eso, la cosa ya estaba hecha. 

Y así fue; por aquí nos alcanzó también mi compañero Enrique, y fuimos juntos a otros de los dos monumentos más emblemáticos de la ciudad, como son el Anfiteatro y el Teatro Romanos, que cruzamos custodiados por una legión de centuriones. Y de frente, nada más salir, el impresionante Museo Nacional de Arte Romano, y ya recorrer, apretando los dientes, los dos últimos kilómetros por las calles de Mérida, pasando entre un pasillo de gente, al lado de un precioso Templo de Diana, donde se nos unió el hijo de Labra y por debajo de un abarrotado Arco de Trajano, para girar a la izquierda y enfilar cuesta abajo, la recta de meta entre los aplausos de la familia y de miles de personas. Habíamos conseguido terminar, pese a todas las dificultades, en un buen tiempo de 01:45:26

Una vez cruzada la meta, entrega de medallas un tanto caótica y de unas frutas y una cervecita que nos entró estupendamente.

Así fue nuestra nocturna aventura emeritense. Mi admiración hacia el compañero Miguel Ángel pues verle  correr sufriendo de esa manera, sin apenas haber entrenado en varios meses y con esas ganas de terminar, cuando lo más fácil y normal hubiera sido retirarse, es para quitarse el sombrero. Algunos sabemos también lo que es eso y, antes de retirarnos, aguantamos lo indecible, aunque no sea lo más recomendable, sino todo lo contrario. Por mi parte, más o menos bien, me respetó la rodilla aunque la espalda acabó tocada. Ahora a recuperarse y a por la siguiente.

En cuanto a la organización, salvo el caos final por el embudo formado en la llegada a meta,de maravilla. Un acierto este cambio a un horario nocturno pues ha sido ESPECTACULAR. Correr entre tanta historia, entre estos monumentos por la noche y con esa animación es para sentirse un privilegiado. Habrá que estar atento a las inscripciones del año que viene. Y un aplauso a la ciudad de Mérida y a sus gentes; eso es volcarse con una carrera. Para mí, que ya llevo unas cuantas ( 94 ), ha sido junto con la de Madrid, de las que más me ha llenado; y es que los ánimos de la gente, los conozcas o no, te llevan en volandas a la meta. Repetiremos.

Ganó esta edición el atleta emeritense Jorge González Ribera, con una excelente marca de 01:05:00; en segundo lugar, otro extremeño de pro, el almendralejense Pablo Villalobos con 01:06:25; y en tercera posición, un gran amigo de nuestro club como es el arenense Antonio Amílcar Perea , con 01:10:25, que venía de hacer un carrerón en el Maratón de Sevilla.

En cuanto a las chicas, la mejor fue Mamen Ledesma con 01:24:29, seguida de Vanesa Chaparro con 01:25:30 y de Marina Chaves con 01:29:52.

La clasificación en : CLASIFICACIÓN M.M. MÉRIDA

Algunas fotos en : FOTOS M.M. MÉRIDA.

Por cierto, de tanto pasar de un puente a otro, no nos dimos cuenta en cuál de ellos estaba animando esta espectadora de excepción.

Saludos a todos y nos vemos por esos caminos y carreteras.


 

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