Acerca de este interesante tema, nos habla el corredor popular Mario Trotta en el siguiente artículo extraído de www.carreraspopulares.com
EL CORREDOR CERVECERO
No sé qué tiene, pero me encanta. Supongo que será su sabor ligeramente
agrio, su suave textura cayendo por tu garganta, o su efecto refrescante
y saciante. Pero cuando más me gusta, sin duda, es cuando la bebo
después de correr. Y no me pasa sólo a mí, no. La mayoría de mis amigos
corredores piensa igual: nuestra bebida (alcohólica) preferida es LA CERVEZA.
Que queden bien claras dos cosas antes de nada. La primera, que no voy a
escribir sobre los posibles beneficios de la cerveza, sobre sus
cualidades o sobre estudios realizados por académicos que hablan de si
es o no buena (con o sin alcohol) para recuperar después del ejercicio. O
de sus características nutricionales. De eso ya han escrito expertos en este mismo medio en el pasado.
En segundo lugar, que nadie piense que voy a hacer apología de la
ingesta de cerveza, ni voy a animar a ningún corredor a que la beba.
Aunque sea SIN o 0,0. De verdad, cada uno que beba lo que quiera y
cuando lo desee.
Simplemente voy a contar mi experiencia y a mostrar algo que es un hecho
real. Que la cerveza nos gusta, mucho. Y la bebemos. Algunos mucho. Y
estoy seguro de que muchos de los que estáis leyendo esto pensáis igual y
os vais a sentir identificados.
Yo, cuando no corría, bebía cerveza. Sí. Pero en cantidades mucho menores que
Pero cuando empecé a correr e intenté cuidarme un poco, dejé de beber tanto alcohol y de comer alimentos poco saludables. En el entorno de ‘runners’ en el que me movía aprendí que, si bien lo ideal es no tomar nada de alcohol, la cerveza era lo “menos malo”. Bueno, yo tenía claro que no iba a eliminar de mi rutina de un plumazo todos los placeres ‘malignos’ de mi vida. Así que dejé de beber combinados y alcohol destilado y me centré en las cervezas. Cuando salía de fiesta aumentó de forma considerable el consumo de esa bebida y cada vez me empezó a gustar más.
Pero lo mejor era comprobar cómo en los encuentros con mis amigos del club de corredores del gimnasio tomar la ‘cervecita’ posterior al entrenamiento o la carrera era un ritual casi obligado. Algunos la tomaban sin alcohol, pero la mayoría con alcohol. Muchos con moderación, pero unos cuantos, sobre todo si era después de una carrera larga y sufrida, se pasaban algo con la cantidad. Bueno, cada uno que haga lo que quiera, siempre que luego no tenga que conducir u obligaciones laborales o familiares. Vive y deja vivir, ¿no?
Cerveza en zapatillas
¿Y qué me decís de las carreras? Si cuando una se atreve a dar cerveza
al final se lleva grandes alabanzas y genera un gran jolgorio en la
línea de meta. Y si lo acompañan con un bocadillo de panceta ni te
cuento. Sí, todos conocéis ya mi faceta de corredor popular y social.
Aunque siempre abogaré porque todo se haga con moderación y sensatez.
Yo estoy encantado, sobre todo por el componente social que tiene eso de
sentir el primer sorbo de cerveza junto a un grupo de compañeros de
entreno tras unos sufridos kilómetros de carrera a pie. Es, sin duda,
uno de los motivos por los que me gusta tanto ser corredor."
Saludos a todos y nos vemos por esos caminos y carreteras.
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