Amaneció
una estupenda mañana de 31 de diciembre, soleada, sin apenas nubes
sobre el cielo jaraiceño, que más se parecía a un amanecer primaveral
que a uno de pleno invierno, aunque, cierto es, que también el frío se hacía notar sobre la coqueta plaza jaraiceña.; se empezaban a dar todas la condiciones
para que la XV San Silvestre Jaraiceña resultara todo un éxito de participación, como finalmente, así fue.