LOS ERRORES QUE SE COMETEN EN EL MUNDO DEL RUNNING.-
En el mundo de los populares y en el de los profesionales se cometen
muchos errores: unos por desconocimiento de este mundo y otros por saber
demasiado. Veamos algunos de ellos. Cuando volvemos de una lesión la
paciencia no es el fuerte de nadie. Rápidamente empezamos a comparar
tiempos con los que hacíamos antes de lesionarnos y, en vez de ir paso a
paso para llegar a realizar esos registros, los queremos hacer casi nada más empezar a entrenar.
Craso error, ya que nos llevará, como poco, a desilusionarnos y, como
mal mayor, a lesionarnos. Todo lleva su tiempo; la paciencia y el
entrenamiento harán el resto.
Cuántas veces hemos escuchado una frase
parecida a ésta: “Hace cinco años hacía las series a este tiempo”. Sí,
claro. Y hace cinco años tenías treinta y cinco y ahora tienes cuarenta y no te quieres dar cuenta de ello;
deberás compararte con los atletas de tu edad y no con los que tienen
diez años o veinte menos que tú ni contigo mismo hace unos años.
Todos sabemos de entrenamiento y, sin
embargo, hasta que el gemelo no se nos cae a trozos no paramos; es más,
estamos pensando en hacer series cuando no podemos ni levantarnos por la
mañana y andar normalmente. Siempre que hay dolor es porque algo tenemos mal;
ya sé que siempre nos molesta algo: me refiero a molestias, no a dolor.
Sabemos distinguirlos, sabemos si lo tenemos o no lo tenemos y, aun
así, nos engañamos a nosotros mismos. Mira que somos... Seamos
inteligentes: ante el dolor, lo primero que tenemos que hacer es parar y
descansar. Es mejor parar un par de días que correr con dolor durante
dos meses y al final tener que descansar igualmente.
Pensamos que entrenando más fuerte y más
kilómetros correremos más. Para eso está el entrenador, para que nos
marque los entrenos y sus ritmos; después de decir esto, ¿cuántos de
nosotros no hemos estado fatigados totalmente después de creer que
podemos hacer más kilómetros y más rápidos? Yo os contestaré: todos. Superman sólo hay uno.
Cuando un masajista o un osteópata nos
dice que debemos descansar, le escuchamos. Si te dice que tienes que
parar tres días, tú contestas: “Sí, sí”. Y, nada más salir de la
consulta, llegas a casa, te cambias y sales a correr: error. Somos peores que los niños; decimos que sí, pero hacemos lo que nos da la gana.
Llegó la hora del maratón y tenemos claro el ritmo que debemos llevar para no tener problemas: está claro que es a 4:15 el kilómetro, por poner un ejemplo.
Dan la salida y… primer kilómetro, 4:00;
rápido, no, ¡rapidísimo! Piensas: “Voy a aflojar”. Segundo kilómetro,
4:04; sigues pensando “Voy a aflojar”. No pienses… ¡Afloja! No hagas la
media maratón a ritmo de 4:08 si estabas para ir a 4:15. O los últimos
10 kilómetros a 4:30, 4:40 y sufriendo lo que no está escrito y, nada
más llegar a meta, dices: “Es que el grupo fue demasiado rápido”.
Error. Tú has ido demasiado rápido; cada uno tiene que
ir a su ritmo; éste es un deporte individual y debes fiarte de ti mismo
y no del ritmo de los demás. Además, si viste que ibas a 4:00-4:04 el
segundo kilómetro, ¿por qué no aflojaste?
“Como Manolito come esto y toma esta
bebida antes de correr y corre la media maratón 4 minutos más rápido,
yo, a tomar lo que toma él”. Hay personas a las que un café les sienta
bien y a otras, mal. Algunos desayunan croissant y otros, tostadas.
Señores, cordura. Lo que a cada uno le vaya bien es lo que debe tomar.
Para terminar, un error muy común que
cometen los corredores populares es probar cosas en el maratón. Hay
cantidad de días en que se puede experimentar, pero no se debe probar nada el día de la prueba
más importante. Ni geles, ni bebidas isotónicas, ni zapatillas,
camisetas, pantalones, calcetines… Vamos, que debemos hacer lo mismo que
todos los días cuando entrenamos normalmente. La tensión propia de la
competición ya hará que sea un día totalmente distinto.
Errores los cometemos todos, pero si sabemos cuáles son los más comunes e incluso cuando los estamos cometiendo lo sabemos… seamos inteligentes para disfrutar del atletismo y no sufrir innecesariamente.
(Fuente:www.runners.es)
Como no sólo de carreras vivimos los lanchacabreros, y como dedicamos mucho más tiempo a entrenar que a competir, de vez en cuando nos marcamos alguna que otra aventurita por nuestros magníficos parajes veratos y descubrimos nuevas rutas por donde poder ir a hacer algunos kilómetros y pasar la mañana. Aquí os dejo una de esas aventuras de varios de nosotros, en
un entrenamiento llevado a cabo el pasado sábado día 5 de enero, por los
términos municipales de Torremenga y Jaraíz.
Pues bien, cruzamos el
arroyito y a patear hacia arriba, suponiendo que hacia la dehesa jaraiceña. El campo estaba encharcado pero precioso; Santos,
mosqueado con sus aductores, y con sus desgastadas zapatillas, maldecía una y otra vez. Susi iba de jefe de
expedición, como un explorador. Sergio como su escudero y los demás detrás de
ellos sin estar muy convencidos de si llegaríamos a casa a la hora de comer.
Seguimos subiendo y empezó una zona de escoberas y de jaras cada vez más
espesas que, poco a poco nos iban tapando todo el cuerpo y por donde era
imposible continuar. Además, aún era temporada y día de caza lo que suponía algún peligro, ya que algunos disparan a cualquier cosa que se mueva, ya sea por tierra, agua o aire. Como por allí no se podía seguir, vuelta
atrás. Divisamos el panorama. Enfrente teníamos La Casona y la zona de Valvellidos.
Había que llegar hasta allí. Bajamos de nuevo al arroyo donde algunos nos
refrescamos, dimos unos sorbos de agua y vimos a dos cazadores. Les
preguntamos que cómo podíamos salir de allí y nos indicaron la dirección
correcta. Había que seguir la pared de piedra que iba a lo largo del arroyo.
Eso hicimos y llegamos justo a un camino que nos llevó a la escombrera de Jaraíz y a la finca de la
Asociación Vera donde tuvimos que subir una buena cuesta de cemento. Aquí nos
encontramos a unos individuos que estaban “ limpiando “ algo de leña que había
en propiedad ajena y cuya “ freguneta “ se había quedado atascada. ¿ Qué hubo
que hacer ? Pues los lancahacabreros hicimos de buenos samaritanos y les
ayudamos a empujar el vehículo. Tras realizar la buena acción del día, salimos
a la carretera dirección Jaraíz, y en San Cristóbal giramos a la izquierda para
encarar el camino de las Cabezuelas hasta llegar a la Fuente de los 4 caños. Aquí dimos por finalizada esta aventura de unos 16 kilómetros y hora y pico de duración, repleta
de anécdotas, risas, dureza, y con la impresión de haber pasado una estupenda
mañana y de haber encontrado una ruta que en primavera tiene que ser una
pasada. 
Pistoletazo de salida y se hace un poquito de embudo. Íbamos todos juntos , pierdo algunas posiciones para no caerme .Mi hijo
(SERGIO) va conmigo , ¡¡qué orgullo!! , y ¡ cómo está el tío !. Sólo me acompañó
media vuelta y se fue en busca de Carlitos del club (HISPANIA) y
de Faustino ; Le duraron poco porque siguió tirando .Yo me planteo la
carrera de menos a más ; En efecto, me quedé con Antonio Serradilla ,
mito del atletismo de la zona.
Primer paso por meta a 3'30" muy rápido . Me encuentro bien y decido aumentar el ritmo un poco . Dejé a
Antonio y cogí al amigo Faustino con el que entré en meta en la segunda
vuelta a 3"35" .Me sigo encontrado bien y echo el resto. Dejo a
Faustino y voy a por Carlitos y a por mi hijo para entrar con ellos, pero no
logro cogerlos por poco. Perfecto, entro en meta con un tiempo de
10'34" a 3'32 el KM . Me encuentro muy bien gracias a Dios.
Con puntualidad británica dieron comienzo las distintas carreras a las 16, 30 horas. En primer lugar se disputó la prueba de la categoría " Mascotas " ( prebenjamines y benjamines ) y a continuación se fueron disputando todas las demás de alevines, infantiles, cadetes, seniors y veteranos. La carrera de los más mayores se disputó sobre un exigente circuito de 1.400 metros al que había que dar tres vueltas, resultando ganador en categoría masculina el atleta José Luis Bautecas en una bonita pugna con el jaraiceño Alán Otero, ya que la carrera no se decidió hasta los metros finales.En categoría femenina resultó vencedora Eva Garrido seguida de Blanca Mateos. Al finalizar las pruebas todos los corredores recibieron una bonita mochila donada por la empresa jaraiceña AGROTEX junto con una botella de agua, barrita de chocolate, caramelos y una latita de pimentón de La Vera.
Y como nosotros tenemos a lanchacabreros por todos los sitios, nuestros amigos de la familia Méndez Velázquez, Pirchu, su esposa Reyes y su hijo David, se desplazaron hasta Madrid para pasar allí el fin de año y, a la vez, participar, en la tradicional San Silvestre Vallecana realizando los 10 kms de que consta la prueba madrileña. Felicidades a los tres.Aquí les vemos momentos antes de la salida de la prueba delante del glorioso estadio Santiago Bernabéu.