Llevamos ya unas semanas fuera del Estado de Alarma en el que hemos estado sumidos durante tres meses, y el futuro de las carreras populares, a corto o medio plazo, sigue siendo muy incierto.
Con referencia a este tema, os voy a transcribir un interesante artículo de J. López Lago, publicado en el Diario Hoy, donde nos muestra la realidad de lo que nos espera en las próximas fechas con las carreras previstas en nuestra región.
LA COVID DEJA A LOS CORREDORES SIN DORSAL
Era una buena noticia que las carreras populares pasaran de ser una
anécdota deportiva a un evento de masas. Sin embargo, por ese
crecimiento en participación ahora el coronavirus las ha borrado del
calendario para evitar contagios y ha anulado la emoción de miles de
aficionados que disfrutan antes, durante y después de estos eventos.
Extremadura celebra carreras incluso en verano, aunque en esta época
suelen ser más cortas –5 o 10 kilómetros– o de montaña. No queda ni una
carrera a la vista y muchas de las previstas en otoño están en la cuerda
floja. «Es posible que en lo que queda de 2020 no se celebre ninguna de
las grandes carreras y esto nos tiene un poco desilusionados, sin
objetivos», declara Chema Mateos, presidente del Club Maratón Badajoz,
que en septiembre organiza una carrera contra el cáncer y este año ya
adelanta que no podrá celebrarse. Las que suelen tener lugar en agosto,
como los cross en Almendralejo o Zafra, así como un 10.000 en Valdebótoa
o la mítica carrera 'Techo de Extremadura', prevista en el valle del
Jerte el 30 de agosto, también parecen descartadas.
«Mantener la distancia de seguridad entre corredores es inviable,
sobre todo en el momento de la salida. Solo si se abren los estadios en
septiembre, como se ha dicho, será más difícil justificar que no se
puedan celebrar carreras», explica resignado Mateos.
Hay
que decir no obstante que el próximo 19 de julio habrá un triatlón que
servirá de ensayo para este tipo de eventos. Tiene lugar en Mérida, está
limitado a cien participantes y se estrenarán protocolos nunca vistos.
Las carreras exclusivamente a pie son una incógnita. Entre las conocidas
de la región la primera que aparece es a finales de septiembre, la
conocida como Millas Romanas, también en Mérida.
Afectan a la economía local
Otra que estaba antes en la agenda y que no va a tener lugar es
el cross Peña del Águila, que se celebra en Villar del Rey (2.168
habitantes) y es una de las pruebas más antiguas de la región. Es a
principios de agosto y se considera el arranque de la temporada. Reúne a
unos 200 corredores, pero en este 2020 no se celebrará. Según el
alcalde, Moisés García, entre participantes, familiares y acompañantes
ese día al pueblo acuden en torno a 600 personas. «Que haya que
suspender este evento afecta negativamente a la economía local, sobre
todo a la hostelería porque es un día en que se sirven muchos desayunos,
refrescos, comidas... Todo afecta, tanto la suspensión de una feria
como de una carrera», decía esta semana el primer edil.
Y
es que no es solo que los corredores habituales estén desorientados
porque entrenan sin objetivos a la vista tras recuperar la forma tras el
confinamiento, como dice Chema Mateos. «Es que –prosigue este
maratoniano aficionado– al igual que existe el turismo enológico o el
ornitológico también lo hay deportivo. Te pongo el ejemplo de todos los
que íbamos a la maratón de Madrid (fue en abril y se suspendió) y que
anulamos los hoteles y las reservas de los restaurantes porque no vamos
solos sino con acompañantes. Ahora de cara a la maratón de Sagres
(Portugal), que es a mediados de octubre, aunque sigue en pie sé que
muchos ya han anulado hoteles y vuelos. En pequeñas poblaciones las
carreras dinamizan negocios locales, pero hay que entender que lo
sanitario debe primar sobre lo económico porque no solo es la salida, es
que se inunda un pueblo de gente de fuera».
Millas Romanas sigue en pie
Si en agosto parece claro, en septiembre surgen dudas. La media
maratón Valdigüelo de Santa Marta no está confirmada este año. La Ultra
Artesanos de Torrejoncillo, a la que acuden corredores de toda España,
también está prevista para ese mes, pero la organización no sabe aún qué
hacer y así lo explica en su página de Internet: «Los nuevos
requerimientos de las autoridades en la nueva normalidad afectan a
diversas cuestiones de organización como son materiales obligatorios,
salidas, avituallamientos, metas, entre otros, y requieren aún de su
aprobación. No queremos abrir inscripciones con un producto que no sea
el que finalmente vayáis a disfrutar (...). Aún contamos con tiempo para
adaptarnos al nuevo escenario y ofreceros una edición de Artesanos
diferente pero con la esencia que la caracteriza, siempre y cuando la
covid nos lo permita. Para ello os emplazamos a finales de Julio».
Y
la que sí sigue adelante es las Millas Romanas, en Mérida, con pruebas
de 42 y 102 kilómetros a completar en 24 horas. Iba a ser el 12 de marzo
y la organización la aplazó al 25 y 26 de septiembre. Su organizador,
José Luis Rodríguez, no oculta los desvelos que tiene de cara a lo que
sería una de las primeras carreras populares en la región en esta etapa
de la pandemia.
Calcula que habrá, entre la dos modalidades, sobre
1.500 inscritos. «Sigo consultando con gente aspectos de todo tipo,
tanto de responsabilidad personal como de un protocolo que estamos
terminando de rematar. Por parte del Ayuntamiento de Mérida tenemos todo
el apoyo y aunque le doy vueltas todos los días a la posibilidad de que
haya rebrotes, creo que al poner en la balanza aplazarla a abril del
año que viene o hacer la prueba este año, hemos decidido hacerla en
septiembre, por eso ya estamos viendo cómo organizar muchas cosas, como
la salida o el avituallamiento... Mi opinión es que aunque haya que
tomar todas las precauciones debemos ir hacia la normalidad», decía esta
semana.
«Hay demasiado contacto»
Ahora mismo las carreras que más impacto tienen en Extremadura
por la cantidad de personas que congregan serían la maratón de Badajoz,
que se suspendió en marzo; la media maratón de Mérida, que llegó a
correrse porque fue en la primera semana de marzo, igual que la media de
Plasencia, en febrero o la de Los Barruecos, en enero.
Para
Marcelino Ollé, que las conoce todas y suele inscribirse en unas diez
carreras cada año, tanto por Extremadura como en el extranjero, el
problema no solo es la aglomeración de la salida. «Hay demasiado
contacto entre las personas también en el avituallamiento, donde se toca
la alimentación, las botellas, se escupe ... yo hasta que no exista una
vacuna no volveré a correr ninguna prueba».
José Manuel Muñoz, de
la asociación deportivo solidaria Extremadura Natural, que se dedica a
organizar carreras a través del grupo Salud y Deporte, se encarga, entre
otras, de la San Silvestre de Badajoz, que congrega a unos 1.500
participantes. «Es a final de año, pero ya estoy dándole vueltas a cómo
hacer esta prueba para que haya menos contacto entre corredores y no es
sencillo, no sé si por tandas... No sé, esa es la verdad».
De
momento, según sus cuentas, la región ya ha suspendido más de cincuenta
carreras, muchas de las cuales no se aplazan, dice, porque eso significa
quitarle la fecha a otras. «En septiembre organizamos nosotros la
carera contra el cáncer, que estamos valorando ponerla en noviembre,
pero no sabemos qué hacer».
Y así, con este panorama de parón
total, de incertidumbre y de 'mono' de carreras de miles de aficionados,
José Manuel Muñoz habla de pruebas virtuales con carácter solidario a
través de la plataforma Strava que están teniendo más aceptación de la
prevista. «Ha habido hasta un circuito virtual por La Vera –dice–. A
algunos les sirve, pero se nota que la gente lo que tiene ganas es de
reunirse, ya que lo bonito no es solo la carrera sino el antes y el
después»."
Mientras tanto, para " matar el gusanillo competitivo ", algunos
estamos participando en el mencionado Circuito Virtual de Carreras Populares de la
Vera. Ya hemos tomado parte en las carreras de Madrigal, Garganta,
Villanueva y Pasarón. Para el fin de semana que viene, tenemos las de
Jaraíz y Losar . Está claro que no tiene nada que ver con hacerlo como siempre lo hemos hecho, pero, al menos, se tiene una pequeña motivación de cara al fin de semana. Se trata de romper un poquito la monotonía.
Otra saludable actividad física para mantenerse en forma es jugar al baloncesto. Por eso lo practica, pese a estas altas temperaturas, nuestra amiga Anette.
Saludos a todos y nos vemos por esos caminos y carreteras.
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